domingo, 2 de junio de 2013

La pintura como arma de paz

Muro norte de Diego Rivera
Diego Rivera, Muro norte. Detroit.
Fuente: http://bit.ly/15sGb6t 
Los murales que pintó Diego Rivera en la Ford Motor Company en 1932 en Detroit suponen un excelente ejemplo del poder de la pintura cuando se utiliza con sus connotaciones sociales y políticas.

La historia que se esconde tras ellos tiene su origen en la Gran Depresión norteamericana de 1929. En ningún sitio se sintió tanto su efecto como en Detroit. En poco tiempo, la industria automovilística solo pudo emplear a la mitad de trabajadores que en 1929, y a medio sueldo. Esta insostenible situación estalló en marzo de 1932, cuando cinco mil trabajadores que habían sido despedidos, se manifestaron frente a la fábrica exigiendo ayudas. Se inició entonces un violento enfrentamiento en el que las puertas de la fábrica se abrieron para dejar salir a un grupo de policías que acabaron con la vida de cinco personas. Días más tarde, sesenta mil personas cantaban La Internacional en su funeral.

El Partido Comunista acusó a Edsel Ford, hijo de Henry Ford y presidente de la compañía, de permitir la masacre. ¿Cómo podía este hombre calmar la situación entre los ricos empresarios y los desempleados de la fábrica? Nadie se esperaba que Edsel Ford llamara al artista mexicano Diego Rivera, acérrimo comunista, para que pintase un mural en la misma fábrica. En él mostraría que Detroit era un lugar de cooperación, no de conflicto de clases.

Así, en abril de 1932, Diego Rivera, con la oferta de veinte mil dólares por el trabajo, y su esposa Frida Kahlo se trasladaron a Detroit. (Si sientes curiosidad por conocer la historia de este traslado desde el punto de vista de Frida, haz  click aquí: http://pincultura.blogspot.com.es/2012/03/que-hace-frida-en-gringolandia.html). 


Diego y Frida en Detroit
Diego y Frida en Detroit, 1932
Fuente: http://bit.ly/15Jk9vG
Durante siete meses, Rivera tomó nota de la actividad industrial y entrevistó a los trabajadores, mayordomos y personal administrativo de la fábrica. De esta manera, comenzó con lo que después el mismo artista calificaría como "su obra maestra". La grandiosidad de estos murales no solo se debe a su tamaño, sino al uso de los colores, que Diego elegía en el mismo momento de comenzar a pintar sobre la pared, a la real representación de los personajes (amigos del artista sobre todo, e, incluso, el propio artista) y, por supuesto, al complejo significado que encierra.

Diego Rivera autorretratado en el mural de Detroit
Diego Rivera autorretratado en el mural de Detroit
Fuente: http://bit.ly/15Jk9vG
Nueve meses tardó Rivera en crear este espacio. En él, hay una multitud de detalles asombrosa. El significado básico es el protagonismo de la clase obrera en la creación de la riqueza. En el mural, los obreros  realizan la cadena de montaje de automóviles bajo la atenta mirada de los patrones y mayordomos. No faltan símbolos que aluden a la madre naturaleza, a los pilares básicos de la vida y a la materia prima. Representa, en definitiva, una fría realidad que convive bajo los aspectos de la vida más trascendentales que nunca han de olvidarse.

Muro sur de Diego Rivera
Diego Rivera, Muro sur. Detroit
Fuente: http://bit.ly/15sGb6t 
Cuando el mural fue presentado en 1933, los dignatarios de la ciudad quedaron sorprendidos, y lo calificaron de propaganda comunista, una distorsión del espíritu de Detroit. Estaba claro que la obra no estaría exenta de críticas, puesto que suponía todo un llamamiento a la igualdad de clases situado en el mismo centro del capitalismo norteamericano, como es la fábrica Ford de la ciudad de Detroit.

Sin embargo, el efecto que tuvo entre los trabajadores fue el deseado, coincidiendo con el objetivo de Edsel Ford al contratar al pintor comunista. Estas personas se sintieron escuchadas, reivindicadas y, lejos de la alienación, por primera vez, dueños de su trabajo.
Muro sur

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