viernes, 14 de junio de 2013

Lienzo, pinturas... ¡Y acción!

Número 1 de Jackson Pollock
Jackson Pollock, Número 1. 1950
Aquí están. Las cuatro rayas que todo el mundo sabe hacer pero que han pasado a la Historia del Arte. Además, por si fuera poco, están pintadas por un borracho.

Jackson Pollock trabajando
Jackson Pollock en su estudio-granero
Jackson Pollock, hasta 1947, llevaba una trayectoria comparable a la de cualquier artista en formación. Estudia en la Art Students League de Nueva York, se apasiona por el muralismo mexicano y se dedica a viajar y a pintar obras realistas, que representan escenas. En 1943 hace su primera exposición en la galería neoyorquina Art of this Century. En ese mismo año se ve influenciado por el surrealismo, y comienza a explotarlo en sus obras.

La loba de Jackson Pollock
Jackson Pollock, La loba. 1943
Fuente: http://bit.ly/196XJXp
Sin embargo, en 1947 Pollock decide desvincularse de todo convencionalismo en el arte y todo movimiento establecido. Así, elimina de sus obras cualquier símbolo reconocible y comienza a pintar composiciones absolutamente abstractas, iniciando lo que se conocería como expresionismo abstracto. En este nuevo modo de enfrentarse al lienzo, Pollock creó una técnica llamada dripping. Consistía en esparcir pintura sobre la tela de lienzo sin tensar, colocada en el suelo, mediante el goteo y las salpicaduras que producían el movimiento de su mano sujetando el pincel. Además, llegaba a incluir materiales como vidrio o arena, para dar una textura diferente a sus obras. Nace entonces el action painting.

Jackson Pollock trabajando con dripping
Jackson Pollock trabajando con dripping
¿Qué pretendía con esto el artista? Nada. Simplemente se había cansado de que el arte siempre, de alguna manera u otra, respondiese a los parámetros de la realidad. Nunca antes se había dado el arte por el arte de manera tan desgarradora como en la obra de Jackson Pollock. Este formalismo está estrechamente relacionado con la autonomía del arte, donde se reconoce lo específico de cada forma artística al margen de sus funciones y significaciones.

Número 8 de Jackson Pollock
Jackson Pollock, Número 8. 1949
Lo peor que se puede hacer ante un Pollock es buscarle un significado, intentar hallar el sentimiento que llevó al artista a crear tal obra. Porque se trata de lienzos concebidos para el deleite en su observación. El espectador se detiene ante ellos y recorre con la mirada la fluidez de sus formas, advierte las distintas texturas y disfruta con la libertad de este formalismo, desprovisto de cualquier referencia a la realidad.

El cómo acercarse a una obra de este artista lo representa de manera magistral Julia Robert en la película de Mike Newell La sonrisa de Mona Lisa:


La vida de Jackson Pollock no difiere de las tortuosas existencias del resto de artistas contemporáneos. Dejó este mundo a los 44 años de edad, a causa de un grave accidente con su automóvil mientras conducía en estado ebrio. Ed Harris lo encarnó en una película dirigida y protagonizada por él en año 2000: Pollock: la vida de un creador.


(Periodista) - ¿Cómo sabes que has terminado de pintar un cuadro?
(Pollock) - ¿Cómo sabes que has acabado de hacer el amor?

Ed Harris, Pollock (2000)





2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho esta entrada, parece que vas respondiendo una por una a las preguntas que te hacía cuando hablábamos de esta clase de arte. Aun así, soy un cabezota y sigo pensando lo mismo, aunque ahora lo valore un poquito más!

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    1. Jajaja No pretendo cambiar la opinión de nadie, me conformo con que hagan el esfuerzo de leerme y conocer la mía :)

      ¡Muchas gracias! :))

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